lunes, 1 de agosto de 2011

Cosas que los nietos deberían saber



Un domingo por la mañana me compré una bici en una tienda de Burbank y estuve un par de horas dando vueltas por la ciudad. Me sentí muy bien, deambulando de aquí para allá sin tener que preocuparme de nada por una vez. Podía ir a cualquier sitio, hacer cualquier cosa: era domingo y no me daba la gana de pensar en lo solitaria y difícil que era mi vida. Pasé al lado de unos cines y decidí entrar en la sala. Até la bici a las barras del aparcamiento y entré en la sala. A las dos horas salí y vi que alguien se había llevado mi bici. La había tenido durante cinco horas exactamente. Me llevó meses ahorrar lo suficiente para poder comprarme otra.



Mark Oliver Everett. Cosas que los nietos deberían saber. Blackie books. 2010.